La clase media en auge de China es un motor de crecimiento crítico para Boeing, Apple, Nike y otras marcas estadounidenses. Y el insaciable apetito de Estados Unidos por productos baratos ha creado una fábrica china gigante que emplea a cientos de millones de trabajadores. Casi US$ 700 mil millones en bienes y servicios se intercambiaron entre China y Estados Unidos, solo en 2018. En un momento en que las dos naciones deberían estar forjando reglas para los próximos 20 años, se están apuntando con un arma, pero ambas se necesitan.